La inestabilidad política en Haití ha ocasionado una «fatiga de los donantes internacionales», y sin la ayuda de emergencia decenas de miles de niños no podrán volver en octubre a sus escuelas afectadas por el terremoto, advirtieron autoridades internacionales el fin de semana.
Durante una visita al empobrecido país el viernes y el sábado, Janez Lenarcic, comisario europeo de Gestión de Crisis, reconoció que los socios extranjeros estaban cansados de financiar la ayuda humanitaria en Haití.
“Hay señales de lo que puede llamarse fatiga de los donantes”, comentó el diplomático europeo en un viaje a la región devastada por el terremoto del 14 de agosto, que dejó más de 2.200 muertos.
De su lado, Bruno Maes, director de UNICEF en Haití, advirtió que unos “200.000 niños no podrán volver a la escuela como estaba previsto este año si no se intensifica el apoyo al país en los próximos días”.
“Se necesitan 39 millones de dólares (…) pero sólo se han asignado cinco millones”, deploró.
Sumido en una profunda crisis política desde hace años, Haití enfrenta también la incertidumbre a raíz del magnicidio del cuestionado presidente Jovenel Moise en julio, entre sospechas de que el primer ministro esté involucrado en el crimen.
La Unión Europea liberó 3 millones de euros en ayuda de emergencia tras el terremoto, pero exige garantías democráticas antes de reanudar los envíos.
“Hay que resolver esta crisis política, reforzar las instituciones, mejorar el control (de los fondos), y erradicar la corrupción porque, sin ello, la ayuda al desarrollo no puede cumplir su objetivo”, explicó Lenarcic.