Corea del Sur (AP) — El portaaviones de propulsión nuclear Ronald Reagan arribó el viernes al puerto surcoreano de Busan antes de ejercicios militares conjuntos de ambos países que pretenden mostrar su fuerza en medio de crecientes amenazas nucleares de Corea del Norte.
Los ejercicios conjuntos serán los primeros en los que participe un portaaviones estadounidense y su flotilla en la región desde 2017, cuando Estados Unidos envió tres portaaviones, incluido el Reagan, para realizar ejercicios navales con Corea del Sur en respuesta a las pruebas nucleares y de misiles norcoreanas.
Ambos países aliados reanudaron sus ejercicios militares a gran escala este año en respuesta a la reanudación de Corea del Norte de las principales pruebas de armas y al aumento de las amenazas de conflictos nucleares con Seúl y Washington. Los ejercicios fueron reducidos o suspendidos en años anteriores para apoyar los esfuerzos diplomáticos con Pyongyang o debido a la pandemia de COVID-19.
La Armada de Corea del Sur dijo que el entrenamiento busca impulsar la preparación militar de los aliados y mostrar “la firme determinación de la alianza Corea-EE.UU. por el bien de la paz y la estabilidad en la península de Corea”.
También se espera que la amenaza de Corea del Norte sea un tema clave cuando la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, visite Corea del Sur la próxima semana después de asistir al funeral de estado en Tokio del ex primer ministro japonés Shinzo Abe.
La llegada del Reagan a Corea del Sur se produce después de que el líder norcoreano Kim Jong Un dijera este mes al Parlamento de Pyongyang que nunca abandonaría sus armas nucleares y misiles, que dijo necesitar para contrarrestar lo que percibe como hostilidad de Estados Unidos.
Además, Pyongyang aprobó recientemente una ley para autorizar el uso preventivo de armas nucleares bajo ciertas condiciones, lo que parece mostrar una doctrina nuclear más agresiva. Hace unos meses, atrás Corea del Norte realizó lanzamientos de pruebas de misiles balísticos capaces de llevar ojivas nucleares y alcanzar tanto a Corea del Sur como al territorio continental estadounidense.
Corea del Norte aceleró sus pruebas de armas a un ritmo récord en lo que va de este año. Desde 2017 ha lanzado más de 30 armas balísticas, incluidos sus cohetes intercontinentales, mientras aprovecha una división en el Consejo de Seguridad de la ONU que se profundizó por la guerra de Rusia contra Ucrania.
Si bien los misiles balísticos intercontinentales de Corea del Norte atraen gran parte de la atención de Estados Unidos porque representan una amenaza potencial para el territorio estadounidense, Corea del Norte también ha estado ampliando su arsenal de misiles de corto alcance con capacidad nuclear diseñados para evadir las defensas antimisiles en Corea del Sur.