A los 47 años de la mordaza a Peña Gómez

 

Por Ramón Diloné

 

El 11 de julio de cada año es una fecha nefasta, funesta en la historia de la radiodifusión y de la comunicación política de la República Domminicana.

 

Esa triste realidad se debe a que el 11 de julio de 1974 el gobierno del presidente Joaquín Balaguer, ordena mediante disposición administrativa de la Dirección General de Telecomunicaciones, *»el cierre del programa Tribuna Democrática, órgano oficial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD)»*.

 

La disposición número 3038 de telecomunicaciones, también *»prohíbe»* a José Francisco Peña Gómez, máximo líder del PRD, locutor, fundador y director de Tribuna Democrática, *»hablar por radio y televisión»*.

 

La mordaza contra Peña Gómez, de igual manera, toca Pablo Rafael Casimiro Castro, quien luego muere arrastrado como el peor de los reptiles en el estiercolero del pichón de dictador y siempre mentor del sátrapa Trujillo.

 

La medida antidemocrática que *»firma»* el director de telecomunicaciones Víctor Hidalgo Justo, es la intolerante respuesta del gobernante que recurre a todas las marrullas y a la más despiadada represión para obligar al *»Acuerdo de Santiago»* a retirarse del proceso electoral del 16 de mayo de 1974, situación que denuncia Peña Gómez desde Tribuna Democrática.

 

La medida dictatorial del 11 de julio del año de 1974 contra el máximo líder de la oposición política domininicana, el gobierno represivo la justifica en que Peña Gómez pronuncia *»una serie de charlas radiales que tienen un carácter subversivo, por proferir palabras insultantes contra el Presidente de la República y tratar de dividir a las Fuerzas Armadas»*.

 

La disposición donde se establece la mordaza a Peña Gómez está reseñada en la primera página del diario vespertino El Nacional, en la edición correspondiente al 12 de julio de 1974.

 

Debido a que hoy se cumplen 47 años de esa nefasta medida, es oportuno recordar que pese a la represión y al terror impuesto por Balaguer, la impopular medida fue rechazada por líderes políticos nacionales y extranjeros, propietarios de medios de comunicación, periodistas, locutores y la ciudadanía en sentido general.

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