Si bien Greenberg da por ganador a Abinader en una segunda vuelta, no puede ponderar, por no encontrarse dentro sus competencias, el efecto psicológico desmoralizador que pudiera provocar en el oficialismo el no triunfar en primera vuelta, que pudiera culminar en la disminución de su dinamismo triunfalista.

Bloomberg analizó recientemente, a fines del pasado mes de noviembre, que en los últimos diez años, “el 73% de los presidentes latinomericanos vio a sus partidos perder las elecciones” y que el único caso de triunfo partidario sucedió en Paraguay donde el electo seguía tendencia opuesta al candidato que sería el caso si el PRM hubiera postulado a Gomez Mazzara o a Albuquerque. Ver:

(https://www.bloomberglinea.com/2023/11/29/en-latam-los-oficialismos-son-cada-vez-mas-derrotados-en-las-urnas-por-que/).
Por supuesto que como la política es una ciencia social a la que no aplican las rigurosidades y precisiones de las ciencias exactas como las matemáticas y la química; todo depende como actúan los contendores cuan bien y menos errores cometen.

Las preferencia ciudadanas sobre el gobierno no cambiará si este persiste en su creencia de resolver todo expandiendo el gasto corriente, especialmente subsidios; creyendo que la realidad se puede encubrir con percepciones mediante excesivos gastos en publicidad cultivando culto a la personalidad de sus ejecutivos y montajes de espectáculos exponiendo excesivamente la investidura presidencial.

Pero si en lugar de ello reorienta su gestión guiado por la obtención de resultados que por si mismo se propagaran, especialmente para contener la inflación alimentaria, mejorar efectivamente seguridad ciudadana y los servicios públicos fundamentales- salud, educación energía y transporte- que constituyen talón de Aquiles del gobierno; el posicionamiento gubernamental podrá mejorar hasta permitirle colar en primera vuelta.

Por supuesto tiene que contar con las actuaciones de opositores.

Como que el PLD se convenciera de su persistente error de creer que los presidentes pueden fabricarse con señalamiento de dedos y acabara de retirar su improvisado candidato, con lo cual la polarización quedaría dibujada en el escenario político.
El gobierno tiene a su favor que la campaña de Leonel Fernandez tiene errores que parecen difícil de corregir.

Es el caso de su equipo integrado por personeros de no muy feliz memoria en lugar de ofrecer nuevas caras mas allá de su hijo; de su estrategia impropia de quien fuera presidente por 12 años que lo obliga a recordar sus ejecutorias y realizaciones en lugar de concentrarse en críticas, sin propuestas precisas, de como resolvería nuestras urgncias sociales.

Y, sobre todo, que pueda vencer el desafío de una adecuada y pertinente escogencia vicepresidencial que concite la admiración y respeto que se ha ganado la actual vicepresidenta sabiamente ratificada por el Presidente Abinader en la Asamblea en la que recibió el apoyo del PRSC; lo que hace suponer una mayor adecuación a las políticas publicas reformistas en el próximo periodo constitucional.