TOKIO (AP) – Sergio Hernández, el entrenador de la selección argentina de baloncesto, acababa de sufrir en carne propia la contundencia de Luka Doncic, el joven prodigio de Eslovenia que brilla en la NBA.
Los periodistas le pidieron que hiciera un análisis de la derrota sin atenuantes 118-100 ante los eslovenos, en la que Doncic firmó la friolera de 48 puntos para empatar la segunda mayor cantidad individual en un partido del básquetbol masculino de los Juegos Olímpicos.
“El análisis se llama Luka Doncic, el mejor jugador del mundo incluido la NBA”, Hernández, rindiéndose en pleitesía. “Y si tenía alguna duda, hoy me la quité. En mi carrera que un jugador nos domine así, no lo recuerdo ”.
“Me faltó a mí defenderlo”, agregó. “Intentamos todo lo posible contra un jugador normal, pero él no es normal”.
La majestuosa presentación del jugador de 22 años que surgió en el Real Madrid y ahora baluarte de los Mavericks de Dallas fue una de varias actuaciones descollantes de una nueva generación de deportistas en los Juegos.
Usain Bolt y Michael Phelps – faros del olimpismo desde Atenas 2004 hasta Río 2016 – se han retirado. Se necesitan nuevas figuras.
Pues Doncic, Ariarne Titmus y dos chicas de 13 años en el skateboarding – el nuevo deporte olímpico – llegaron a Tokio 2020 despojándose de cualquier atisbo de miedo escénico.
La australiana Titmus hizo valer su apodo de la “Terminator” cuando le dio alcance a Katie Ledecky en los 400 metros libres de la natación, una de las finales más anticipadas de estos Juegos.
De ir perdiendo por casi un cuerpo entero de distancia en el punto medio de una carrera de ocho vueltas a la piscina, Titmus remontó y paró el cronómetro en 3 minutos y 56.69 segundos. Fue el segundo tiempo más rápido de la historia, por detrás del récord mundial de Ledecky – de 3: 56.46 – fijado en los Juegos de Río 2016.
“Tal vez es lo máximo que se pueda lograr en tu carrera deportiva, así que estoy alucinando”, dijo Titmus.
Acaba de propinarle a Ledecky su primera derrota en una prueba individual de los Juegos Olímpicos. La estadounidense no perdía desde que ganó los 800 libres en Londres 2012, procedió a conquistar tres oros en los 200, 400 y 800 libres en Río de Janeiro hace cinco años.
Doncic se destapó con 31 puntos en el primer tiempo y parecía encaminado a romper el récord de 55 que la leyenda brasileña Oscar Schmidt estableció en 1988. Acabó empatando a Eddie Palubinskas, autor de 48 para Australia en Montreal 1976.
“No me importan los récords. Me importa que mi equipo gane. Vinimos para eso y ganamos ”, dijo Doncic.
No fue hasta el mes pasado que Eslovenia aseguró su plaza en los Juegos. Con la aureola poderosa de Estados Unidos devaluada y un Doncic iluminado, el conjunto balcánico puede pensar en grande.
CHICAS PRODIGIO
La primera edición del skateboarding femenino estuvo marcada por la precocidad de sus medallistas.
Tres adolescentes subieron al podio de la prueba de calle. El oro fue para la japonesa Momiji Nishiya, de 13 años. La brasileña Rayssa Leal, también de 13, se llevó la plata. Y la japonesa Funa Nakayama, de 16 años, se quedó con el bronce.
Tanto Nishiya como Leal hicieron historia al convertirse en los medallistas más jóvenes en la historia olímpica de sus países.
“Ahora podré convencer a todos mis amigos para que hagan skateboard, conmigo”, dijo la efervescente Leal.
POR LOS SEIS OROS
Caeleb Dressel arrancó su campaña en busca de seis oros en la natación al comandar a Estados Unidos en la victoria del relevo 4×100 estilo libre.
Señalado para ser el sucesor de Phelps, Dressel fue una tromba en la primera posta y sus compañeros se encargaron del resto sin sobresaltos.
“Me sentí bien de principio a fin”, dijo Dressel. “Todos hicieron su trabajo. Es un relevo por algo, cuatro tipos por algo, no sólo yo ”.
Dressel tiene por delante tres pruebas individuales y un par de relevos en Tokio.