Por, Guillermo Caram, [email protected]
Los diccionarios definen la autocrítica como el juicio que se hace sobre ideas y acciones propias con el propósito de introducir las enmiendas pertinentes. Lo consideran un recurso propio del socialismo en consonancia con la dialéctica del marxismo del que se deriva la socialdemocracia que nos gobierna.
De allí que no debe extrañar la actitud presidencial sistemáticamente rectificadora de decisiones en función de mecanismos sensores que al efecto haya establecido.
Y haría necesario que su funcionariado, y los que habiendo apostado y apoyado su candidatura que no formamos parte del gobierno pero seguimos esperanzados en su buena gestión, ejerzamos autocríticas aún sin inscribirnos en socialismo alguno.
Por esas razones los 100 días debieran ser aprovechados para evaluar resultados de decisiones y acciones tomadas, en lugar de la celebración observada.
Tal y Como evaluar, en la reciente encuesta Gallup-Hoy, el posicionamiento de Abinader menor que la tenida por Medina durante sus primeros meses y prácticamente equivalente a su término después de 8 años de ejercer el poder.
Si fue conveniente ser tan proactivo, mediáticamente incluso, publicitándolos costosamente; en lugar de esperar que fuera la ciudadanía, medios y oposición,que formularan los emplazamientos correspondientes.
Si se ha cambiado la impronta gubernamental como se perfiló en la campaña electoral o en que medida nos hemos dejado arrastrar por la corriente del gobierno anterior a juzgar por inauguraciones de obras que iniciara, lanzamiento espectacular de campañas publicitarias que contratara, manteniendo programas en lugar de reorientarlos (ej: Fase), seguir con endeudamiento voraginoso, etc.; haciendo difícil de entender la consigna “estamos cambiando”
Si conviene, a propósitos del cambio requerido, alentar tantos reconocimientos y que funcionarios se dediquen al elogio adulador, autoelogios o elogio mutuo; algunos vanagloriándose de éxitos prematuros que hacen recordar la expresión popular de “escobita nueva”.
Sorprende la continuación del predominio de percepciones sobre realidades impuesta por el gobierno anterior; vendiendo ilusiones mediante iniciativas mediáticas en lugar de procurar resultados.
El expresidente Mexicano Adolfo Ruiz (1852-1958)advertía a sus colaboradores:“hablemos…con hechos, evitando…declaraciones… promesas difíciles de cumplir…exhibición de nuestras personas”
Angela Merkel exitosa gobernante alemana durante 14 años consecutivos decía: “Lo importante no es lo que uno crea de uno sino lo que crean de uno”.
La frase “hechos y no palabras” ha recorrido espectro político latinoamericano: Atribuyéndosele al dictador peruano Manual Odria fue asumida por el candidato izquierdista del Frente Amplio uruguayo.
Balaguer recogió la frase de Jesus: “por sus frutos lo conocéis”
Ojalá el funcionariado gubernamental aplique la autocrítica avalada en resultados significativos a fin que sea exitosa la gestión del gobierno para beneficio de la nación, nuestra población y democracia.