El espacio rural que se dedica a la producción agrícola cada vez es menos. Los municipios se han ido concentrando en el sector turístico y la edificación de viviendas con esos fines o familiares, lo que reduce la producción de alimentos para consumo y para la exportación.
Cultivos como el café, azúcar, maní, maíz, sorgo, algodón, entre otros ya son prácticamente un espejismo en los campos dominicanos y en muchos otros de la región.
Áreas de República Dominicana que estaban destinadas a la producción de caña de azúcar y para la ganadería o fincas de frutales, al igual que en otros países de la región como Honduras, El Salvador, México, entre otros están hoy llenos de habitacionales, según se pudo comprobar con periodistas latinoamericanos.
De acuerdo con las estadísticas recogidas por el MEPyD, si se compara la cantidad de trabajadores formales que había en junio del 2022, cuando se encontraban cotizando 2,211 millones de personas con los que estaban registrados a igual mes de este año, hubo un aumento de 2.3 %, lo que es igual a 51,000 empleados más en la SDSS en este año.
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), República Dominicana y Centroamérica enfrentan importantes desafíos en término de desarrollo productivo en el espacio rural.
Un informe de la Cepal expone en detalles las políticas que se deben aplicar, específicamente en Costa Rica y República Dominicana, que son los dos países de la región donde los servicios en el área agrícola priman sobre la producción.
Las actividades productivas en el espacio rural de América Latina y el Caribe enfrentan diversos desafíos relacionados con la institucionalidad, la comercialización, la productividad y la innovación, indica.
Los espacios rurales se identifican por su ubicación en el campo, con terrenos dedicados a la siembra de productos alimenticios y a la cría de ganados, aves de corral y a labores de pesca.
“En la actualidad la ruralidad se constituye de muchas dimensiones; también se comprende como el área que puede ofrecer materia prima y recursos naturales, donde se desarrolla un gran número de actividades económicas, con poca densidad de habitantes y donde predomina una fuerte interacción entre lo urbano y lo rural”, señala un estudio sobre política industrial rural y fortalecimiento de las cadenas de valor, editado por Ramón Padilla Pérez.
Fuente: Listín Diario