La cultura coreana, con sus K-dramas, K-pop y particular gastronomía, se ha hecho más conocida en la República Dominicana en los últimos años, pero los coreanos aún no consideran a este país caribeño entre sus destinos turísticos de preferencia. Unas 18 o 30 horas de vuelo los separan.
Pero hay un sector de Corea del Sur al que la República Dominicana le genera una atención especial: el de negocios. Y entre sus objetivos está el aeropuerto internacional que el gobierno de Luis Abinader persigue construir en Pedernales y, a nivel bilateral, un tratado de libre comercio que permitiría vender vehículos marcas Hyundai y Kia a un precio más bajo.
“El plan de desarrollo de pedernales es un buen enfoque para las empresas coreanas”, asegura Jaewook Yoo, director general de Korea Trade-Investment Promotion Agency (Kotra) en Santo Domingo. “Si podemos, nos sentimos honrados de estar en esas actividades de desarrollo”.
El Proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales, Cabo Rojo, está concebido para ejecutarse en cuatro fases, durante un promedio de 10 años, y una inversión estimada de 2,245 millones de dólares, para la que el gobierno busca inversionistas.
En la primera fase se estipula una inversión de 1,300 millones de dólares para la construcción de 4,700 habitaciones hoteleras, con la meta de aumentarlas a 12,000 al final del proyecto. El gobierno ha informado que los primeros hoteles se comenzarán a construir a mediados de 2022.
En esta primera fase también se prevé construir un aeropuerto internacional en la sureña Pedernales. El gobierno proyecta que cuando haya completado su cuarta fase, recibirá 963,155 pasajeros internacionales.
Yoo explica que el Aeropuerto Internacional de Incheon, en Corea, maneja la tercera mayor cantidad de carga aérea del mundo y la quinta de pasajeros aéreos. La empresa operadora de esa terminal, con un consorcio coreano, ganó un nuevo proyecto de construcción del Aeropuerto en Chinchero, Perú, próximo a la localidad de Cuzco.
“Así que el primer aeropuerto de fabricación coreana está ahora en construcción en Perú. Y a partir de esa experiencia, estamos tratando de expandir las tecnologías a otras áreas también”, dice.
“Estamos esperando la licitación oficial”, dice Yoo al referirse al proyecto en Pedernales. Pero no descarta que, si tienen la oportunidad de hablar con el presidente Luis Abinader o con otros altos funcionarios, están abiertos a mostrarles su interés y disponibilidad para financiamiento.
Tratado de libre comercio beneficiaría precio de vehículos
El año pasado, la República Dominicana expresó su voluntad de sumarse al tratado de libre comercio entre Corea del Sur y América Central, a través del viceministro de Asuntos Económicos y Cooperación Internacional, Hugo Francisco Rivera Fernández, quien estuvo representando el país en una visita a esa nación asiática.
Dicho tratado entre Corea del Sur y Costa Rica, El Salvador, Panamá, Honduras y Nicaragua, entró en vigor en marzo de 2021.
Yoo adelanta que ambos países trabajan en ello y entiende que, probablemente en junio, para el 60 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos estados, podría producirse una declaración referente a las negociaciones oficiales sobre el acuerdo.
El funcionario garantiza que, de República Dominicana adherirse a ese tratado de libre comercio, se reduciría el precio de vehículos coreanos, por ejemplo, marcas Hyundai y Kia, que se comercialicen en el país, por el impacto del acuerdo en los costos aduanales.
El parque vehicular dominicano –excluyendo las motocicletas– cerró el 2021, con un 13.1 % (297,272) de vehículos de origen coreano, marcas Hyundai, Kia y Ssanhyong, entre otros, solo superados por los japoneses que dominaban el 62.9 % del pastel.
“Habrá precios más bajos, no solo para vehículos, también para el mantenimiento, repuestos, servicio”, estima Yoo. “Creo que pueden esperar eso después del tratado de libre comercio, no solo para carros, también para otros productos”.
Coreanos quieren más consumo de sus productos
Las relaciones diplomáticas entre la República Dominicana y Corea del Sur comenzaron en 1962 y en este 2022 cumplen 60 años.
Fue en 1980 cuando se abrió la embajada de ese país asiático en Santo Domingo. Un año antes, el comercio de productos entre ambos era de aproximadamente 4 millones de dólares. En los últimos 40 años el monto se ha incrementado, y para 2021 fue de 403 millones de dólares, reporta Yoo. En ese año, Corea exportó 311 millones de dólares a República Dominicana y Quisqueya 92 millones de dólares a Corea.
Los migrantes coreanos comenzaron a llegar a la República Dominicana a finales de la década de 1980 e inicios de los 90, entre estos negociantes que buscaban un nuevo mercado ante la crisis económica en su nación. Los empresarios optaron en ese entonces por invertir en el sector textil, por la cercanía del país con el mercado de Estados Unidos y una mano de obra barata. Las inversiones luego se diversificaron a otras ramas, como energía, productos cosméticos y de consumo, y tecnología.
Yoo destaca que, en 2006, tras una visita que realizó el entonces presidente Leonel Fernández a Corea, ambos estados acordaron transferir tecnología de la información de Corea a República Dominicana. Así, la nación asiática proporcionó 23 millones de dólares para modernizar el servicio de Aduanas dominicano y también el conocimiento de sus ingenieros. Con esta cooperación, indica Yoo que se redujo de dos días a dos horas el tiempo de procesamiento aduanero.
Agrega que, para 2021, la empresa coreana LG H&H invirtió 10 millones de dólares para adquirir una planta de fabricación de productos sanitarios en el Parque de Zonas Francas Piisa, en Haina, San Cristóbal.
Ese año, Posco E&C, una de las empresas coreanas que lidera el sector construcción en ingeniería, ganó un proyecto con su socio para la construcción de una terminal de gas natural en Boca Chica.
Las producciones de Netflix también han contribuido con el impulso del entretenimiento coreano en occidente y, de paso, el país y su cultura. “Recientemente, mucha cultura coreana se está extendiendo en América Latina, incluso en República Dominicana”, comenta Yoo. “Y básicamente resultó en el aumento de la demanda de bienes de consumo coreanos, no solo de música y dramas, meriendas, cosméticos coreanos y todos los bienes de consumo. Así que nosotros y las empresas coreanas vemos que aquí está el potencial para que los productos de consumo coreanos amplíen su mercado”.
El funcionario comenta que grandes cadenas minoristas en República Dominicana les preguntan qué tipo de productos coreanos tienen disponibles. “Anteriormente, la comida coreana y los artículos de Corea solo se enviaban a coreanos establecidos aquí, que son como 500 personas. Pero ahora a muchos dominicanos les gusta comprar comida coreana”, comenta Yoo. Y esa preferencia también está motivando a las empresas a expandir el mercado de consumo.
Yoo destaca que anteriormente República Dominicana era, para los coreanos, un lugar para proveer mano de obra barata. “Las compañías coreanas buscaban reducir el costo de manufactura en la República Dominicana, pero ya no”, dice. Indica que el nivel de productividad es bueno y también el sistema de zonas francas y de inversión.
“Ellos necesitan instalar facilidades de manufactura cerca del mercado de los Estados Unidos, así que, en ese sentido, República Dominicana provee una muy buena alternativa. Logísticamente República Dominicana está muy cerca de los Estados Unidos y tiene muy buenas relaciones con los Estados Unidos, por lo que no hay riesgos referentes a asuntos políticos”, observa.
Destaca que las compañías coreanas han preferido el mercado mexicano para instalarse. En México hay una planta de producción de vehículos Kia, en la zona de Pesquería en Monterrey, Nuevo León. “Pero mientras más empresas van allá, los precios aumentan y la fuerza laboral se limita”, reflexiona el funcionario.
Indica que, a nivel automotriz, República Dominicana no es un destino ideal para el ensamblaje de vehículos, debido a que el mercado local no es tan grande y la exportación se encarecería por tener que realizarse en barcos, pero brinda oportunidades atractivas para que los empresarios coreanos inviertan.
Enumera como primera, la oportunidad de establecer una nueva cadena de valor regional para acceder al mercado estadounidense y europeo, por la proximidad geográfica y estabilidad política. La segunda, los proyectos de desarrollo de infraestructura, principalmente de las tecnologías de la información y comunicación y energía. Y tercera, la creciente demanda de los consumidores de nuevos productos y cultura en el mercado interno.
Fuente: Diario Libre