Tras ocho meses de inaugurado, en abril de 1999, torrenciales aguaceros provocaron en el paso a desnivel de la avenida 27 de Febrero, esquina Máximo Gómez, agrietamientos que requirieron una intervención de la entonces Secretaría de Obras Públicas.
Fue el 16 de noviembre de 1999 que ocurrió el hecho, según reportes de medios periodísticos.
La estructura que se derrumbó 24 años después, el sábado 18 de noviembre pasado, y provocó la muerte de nueve personas, fue objeto de críticas desde el inicio de su construcción.
Un diagnóstico preliminar ofrecido ayer por el Ministerio de Obras Públicas (MOPC), indicó que, a principios del año 2000, ocurrió algo parecido con esta estructura.
Al parecer, se hace referencia, con error en la fecha, a los daños que sufrió la estructura en el 1999.
El ingeniero estructuralista Luis Adolfo Abbott dijo ayer que la tragedia refleja el fallo de diseño que fue advertido hace 25 años por varios ingenieros sin que las autoridades dieran respuesta. Su opinión la ofreció en N Digital.
Mientras que el geólogo Osiris de León también utilizó su cuenta en X para afirmar que tenía razón cuando advirtió que el desprendimiento se debía, en parte, a la porosidad de la piedra caliza coralina en la que está construida la obra.
Para la reparación de 1999, las autoridades importaron unos tornillos o pernos, que frenaron el desprendimiento. Aseguraron que no hubo daño al muro, el cual quedó intacto.
El MOPC investigará
En su informe preliminar, el MOPC lamentó las víctimas provocadas por este incidente e informó que realizarán una investigación exhaustiva que deberá determinar de manera definitiva las causas del indecente.
“Estamos ante un hecho muy lamentable, por lo que esperamos que deberán salir las explicaciones de lugar, que, aunque no logren restablecer los daños irreparables que ya se han ocasionado, deberán establecer los errores en diseño, construcción u omisiones estructurales que pudiesen ser causa de tan lamentable hecho”, puntualizó.
De acuerdo al diagnóstico, el desplome del paramento noroeste estuvo ocasionado por un conjunto de factores, entre ellos, la acumulación de las fuertes lluvias en todo el Distrito Nacional que, en las primeras 20 horas, fue de unos 434 milímetros por metro cuadrado.
“Parte importante del agua de lluvia se infiltró en un subsuelo saturado, con una conductividad hidráulica muy alta, incrementando abruptamente las presiones de poros en el subsuelo”, indicó.
Las observaciones indican que, por los huecos del lado norte salía una gran cantidad de agua, que generó un gran flujo superficial en sentido norte sur. Estas presiones generaron fuertes empujes sobre el paramento de hormigón de unos 30 centímetros de espesor al noroeste del paso a desnivel. Este, al no estar anclado a la roca caliza vecina, ni arriostrado transversalmente al muro frontal, falló, y su alto peso atrapó totalmente varios autos que coincidentemente se desplazaban en sentido este-oeste, lo que provocó las múltiples pérdidas humanas.
Fuente: DL