AP.- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta que la recesión económica desatada por la pandemia elevó a 209 millones las personas pobres a finales de 2020, lo que representa 22 millones más que el año anterior, según un informe difundido el jueves.
Del total de pobres, 78 millones viven en extrema pobreza, señala el Panorama Social de América Latina 2020, presentado en línea por la directora ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena.
El documento afirma que la llegada de la pandemia también empeoró los índices de desigualdad, las tasas de ocupación, de participación laboral y de desigualdad, a pesar de los esfuerzos de protección social desplegados por los gobiernos de la región. También proyecta una caída del PIB de -7,7% para 2020.
América Latina y el Caribe es una de las regiones más afectadas por el nuevo coronavirus, tanto en contagios como en fallecimientos. CEPAL grafica la situación al señalar que en 2020 vivía en la región el 8,4% de la población mundial, y a diciembre del mismo año concentraba el 18,6% de todos los infectados y el 27,8% de las muertes.
El organismo de Naciones Unidas indica que los problemas en el ámbito de la salud, la educación y el deterioro de las condiciones económicas de los hogares “podría forjar un círculo vicioso de pobreza y mal estado de salud en el caso de amplios sectores de la población”.
El informe proyecta que la pobreza extrema subió de 11,3% en 2019 a 12,5% el año pasado y que la pobreza se incrementó de 30,5% a 33,7%. Dice que de los 78 millones de personas que sobreviven en pobreza extrema, unos ocho millones se sumaron en 2020.
El estudio añade que sin las transferencias directas de ingresos a unos 84 millones de hogares, la pobreza extrema se habría encaramado al 15,8% y la pobreza al 37,2% de los 654 millones de latinoamericanos.
“La pandemia ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región y, en la actualidad, se vive un momento de elevada incertidumbre en el que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la crisis”, señaló Bárcena. Agregó que “no cabe duda que los costos de la desigualdad se han vuelto insostenibles y que es necesario reconstruir con igualdad y sostenibilidad, apuntando a la creación de un verdadero estado de bienestar, tarea largamente postergada en la región”.
Sobre el mercado del empleo, el análisis precisa que la tasa de desocupación regional se ubicó en 10,7% al cierre de 2020, lo que representa un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto a 2019, afectando con más fuerza a las mujeres, a los trabajadores informales, a los jóvenes y migrantes.
En el área de la salud, el gasto público se mantiene lejos del 6% del PIB sugerido por la Organización Panamericana de la Salud. El informe afirma que, “las diversas características de los sistemas de salud pueden favorecer u obstaculizar el avance del COVID-19”.
En educación, el cierre de establecimientos educativos en 32 países de la región afectó a más de 165 millones de estudiantes de todos los niveles, aunque la mayoría puso en práctica la educación remota, aspecto que exhibe enormes brechas digitales.
Además, “la pandemia ha aumentado la mortalidad en la región. A 31 de diciembre de 2020, se contabilizaban alrededor de 507.000 muertes debido al COVID-19 en América Latina y el Caribe, lo que muy probablemente afectará los niveles de mortalidad y la esperanza de vida de los países”, índica CEPAL.
Bárcena destacó también la “gran desigualdad en el acceso a las vacunas” en la región y enfatizó en la necesidad de mantener los programas de protección social que el año pasado representó un 7% del PIB regional.