Acción deliberada y ocultamiento policial: un año del homicidio de Elisa y Joel

Un día como hoy, pero del 2021, la sociedad dominicana amanecía bajo el estremecimiento ante los detalles de la muerte de los esposos Elisa Muñoz, de 33 años, y Joel Díaz, de 37 años, quienes fallecieron la noche del 30 de marzo del 2021, acribillados por un comando de agentes de la Policía Nacional. Su crimen: ser supuestamente confundidos.

Los esposos, que profesaban el evangelismo, regresaban a Santo Domingo luego de participar en una actividad religiosa en la provincia La Altagracia. Les acompañaban Claudio Alberto Ramírez Lamais, que resultó herido, y Carlos José Pérez, quien a pesar de los 33 impactos de bala que recibió el vehículo de la pareja, un Kia K5, blanco, resultó ileso.

La emboscada de los agentes policiales se produjo a la altura del kilómetro 45 de la autopista Duarte, en el municipio de Villa Altagracia, cerca de las 10:30 de la noche.

En un primer momento, la versión de los agentes implicados, comandados por el coronel César Maríñez Lora, fue que confundieron el vehículo con otro en donde alegadamente transitaba un grupo de delincuentes que habían cometido un atraco en Bonao, provincia Monseñor Nouel, pero nunca se mostraron pruebas o indicios de a quiénes se perseguía ni el porqué la acción policial fue disparar sin mediar palabras.

En principio los agentes apresados y acusados del crimen fueron el segundo teniente Victorino Navarro, el sargento Domingo Perdomo Reyes, los cabos Norquis Rodríguez Jiménez y Ángel de los Santos, y los rasos Antonio Castro Pérez y Juan Samuel Ogando Solís. Posteriormente fueron detenidos por el caso el coronel César Maríñez Lora, y los agentes Emil Alexander Rincón Martes y Guillermo Rosario Melo.

Deliberación y ocultamiento

De acuerdo con el testimonio de uno de los dos sobrevivientes del acribillamiento, Claudio Alberto Ramírez, los miembros de la patrulla le hicieron señas de que se pararan, a lo cual obedecieron y que, luego de apuntarlos, inmediatamente comenzaron a dispararle al vehículo. No hubo palabras.

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Y aunque el motivo de este acción arbitraria fue una alegada confusión, los detalles incluidos en la acusación del Ministerio Público contra el grupo de policías expone la acción deliberada al disparar al vehículo y el posterior ocultamiento de pruebas para simular una agresión a tiros a los agentes, como justificación de la exagerada respuesta violenta de los patrulleros.

La acusación indica que las grabaciones de radio de la Policía Nacional demuestran que coronel Maríñez, coordinador del operativo, indicó que ya tenía el vehículo que estaban esperando y “que se le están acercando con cautela porque están armados”.

“Los agentes policiales bajo su mando sorprendieron a las víctimas con ráfagas de disparos de varios calibres, desde di­ferentes direcciones, sin identificar si se trataba de los supuestos sospechosos”, señala el expediente. Los agentes utilizaron pistolas de alto calibre, como un fusil M-16 y una pistola tipo metralleta (mini Uzi).

Posteriormente, se apunta, el coronel Maríñez ordenó al mayor Heriberto Santos Muñoz, subcomandante policial de Villa Altagracia y quien no está incluido entre los agentes acusados, de dispararle a la camioneta de la Policía para justificar el intercambio de disparos que alegaban.

También se indica que el coronel dirigió los trabajos de la patrulla policial y estuvo todo el tiempo en el lugar del crimen.

Actualmente los acusados guardan prisión preventiva por el caso. El pasado 4 de febrero la Fiscalía de Villa Altagracia presentó la acusación formal para dar inicio al proceso preliminar del caso, con el fin de que el grupo sea enviado a juicio de fondo.

Fuente: Diario Libre

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